Cuando una mosca muere ¿quién le llora? Odio el zumbido de todas las moscas que he matado. Odio que reclamen haberlas estrangulado y mi poca paciencia. Sus fantasmas hacen sus gracias sobre mis sueños, y se pasean arrastrando cadenas a lo largo de la cama. Atraviesan una y otra vez el espejo. Odio ese zumbido porque lo entiendo. Dicen que en efecto, no hay quien les llore, pero son ellas quienes se ríen de mi muerte.
DIANA IVONNE MARTÍNEZ
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