Quiero agarrar del pico a un ave fénix
Y mantenerlo vivo
Hasta que su belleza se nos cuele
Como ceniza blanda.
Agazaparme en la fortaleza
De nuestras pupilas
Hasta que el tiempo avive
Las neuronas dormidas.
Atarme el corazón
Con venas de cordero enfurecido.
Rodear la noche
Cuando aún sea de día.
Medir en pestañeos
Mis mentiras.
Derramar vasos sanguíneos.
Reconocer tu cuerpo
Con mis falanges rotas.
Voltear la noche para vernos dormir.
Aida Valdepeña
3 comentarios:
Qué manolarga.
Hola hermanito. Gracias por la visita. Hoy estuvimos hablando de ti. Varios de tus maestros te estiman, pero qué chiste si ya lo sabes! Un abrazo.
¿El inmarcesible Alejandro Aldana me honró al mencionarme? Jajaja. Dah, yo lo sé pero se hace el desentendidos.
Siempre me sorprende la cantidad de gente que conoces y de la cual posteas material.
Un saludo.
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