domingo, 29 de marzo de 2009

un poema de Lydia Pistagnesi



Partí sin despedirme

una oscura mañana,

borrada mi memoria,

entregada a mi suerte.

Tracé nuevos caminos

con códigos extraños,

marcando vaticinios

de tatuajes inertes.

Habité en visceralea

rincones de agonía,

resbalé por cornisas

entre brasas candentes

Escribí del destierro

ecos de hipocresía

y dormí en nauseabundas

hogueras de la muerte.


Lydia Raquel Pistagnesi