Empuño su aguijón.
Y en vilo alzándola
sin distender el brazo, me abandera
su sombra...
Roberto Rico
Hay que hablar del envés. La mantarraya
es de carne una moneda, ni el sí,
ni el no, ni el ni de parte alguna:
el punto medio,
el signo
del
claroscuro,
y así, la mantarraya —o su sombra—
desaparece
en la luz y sombra —sí, sombra también—
del mediodía;
luego vendrán las conjeturas,
el punzante aguijonear
de las preguntas.
Mario Alberto Bautista
1 comentario:
Buen blog. Te agrego a favoritos.
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