A Roberto Rico
Temperatura corporal que así se restablece
por la agujerada rueda que me brinda la humedad deseada,
que se esmera en cambiarme la cara.
Por las ranuras practicadas al suelo se escurre el cansancio,
se derrite.
¿Qué espuma, qué suciedad no queda satisfecha en ese viaje?
Quisiera a veces que lavara más adentro,
que llevara el pensamiento también la dirección y la presteza
de todo lo que cae ahora sobre el piso de mosaicos
y, emulando a Moisés, abriera el piso azul que piso
para darme paso, para huir, para salvarme de mí mismo.
Si pisara la barra de jabón,
si mi cabeza,
abierta como un gran mar negro en miniatura, diera paso
a otro pequeño gran mar rojo
corriendo rápido, fuera, todo diluido
por la agujerada rueda que me brinda la humedad deseada.
Por las ranuras practicadas al suelo se escurre el cansancio,
se derrite
¿Qué espuma, qué suciedad no queda satisfecha en ese viaje?
No hay comentarios:
Publicar un comentario