miércoles, 19 de septiembre de 2007

Veo dos lagartijas copular


Veo dos lagartijas copular

Ojos fijos

cuerpos tensos

el macho se yergue soberano

debajo de una cola que no es suya

ella se retuerce y no sacude

de sí

la presión del universo

Sus translúcidos cuerpos

se van quedando quietos

Al separar los sexos

él se abraza a un vientre y lo retiene

pegados al vidrio del tiempo

Tórax macho se hincha y baja

En un cruce de caminos

—en el sur—

hay una gota blanca

También la hembra respira agitada

A esta hora

no hay seres más hermosos en el mundo

Están así hasta que mis ojos

sin cuerpo

las espantan.


(versión 2007, originalmente en TIEMPO DE AGUA, Núñez Díaz Editor, 1994)

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