Veo dos árboles cubiertos por una dura
certeza de que no están solos.
Las ramas salvan distancias para iniciar las caricias,
las raíces se asen a las raíces ajenas.
Veo dos árboles copular:
las hojas jóvenes, los deseos aún sin estreno,
ella (porque hay una hembra)
se posesiona del macho,
lo sacude,
se siente llena por un árbol que no es ella.
Desde esta perspectiva
imagino inmensas gotas de savia entrando a torrentes
en la madera hembra.
Toco el olor.
Huelo el latir, los gemidos.
Escucho sudor, saliva, etcétera:
líquidos mezclándose simétricamente.
Siento el sabor de la idea de ser un árbol.
(este poema apareció -en forma de árbol- en EL AMOR EN LÍNEA Y LETRA, Ilustraciones de los artistas de la Escuela de Artes Plásticas de la UNICACH, acompañadas de textos de escritores chiapanecos; UNICACH, 1999)
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