Y APRENDER a separarnos de la mujer,
de un golpe salir de ella,
apoyándonos en el vacío,
todavía erectos de la urgencia
de ser troncos insurrectos, piedras
contra la quietud del agua.
Y volver a entrar atravesando la médula.
A encontrarnos enhebrando.
(OLIVA, Óscar.
Lienzos transparentes, Ed. Aldus, 2003)
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