jueves, 4 de octubre de 2007

(Luz doméstica)

Me gusta que la luz venga y se vaya,

que diga “hasta mañana”,


que toque a la puerta al día siguiente,

o simplemente salga del cuarto de servicio.


que se asome a mi texto,

que se gane el salario con fotones de su frente o su espalda,


y que me haga el amor

rápidamente.

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